viernes, 12 de agosto de 2011

~...Sentir la música pegada a los poros de su piel

Le gustaba bailar, sentir la música pegada a los poros de su piel, podía decir sin equivocarse que era como su droga, necesitaba su dosis diaria fuese donde fuese, en una ciudad donde hacía tiempo las cosas había perdido el color y no se veía más allá que el insulso gris que cubría las calles y los rostros de las persoas que dembulaban por allí.

Le gustaba recrearse, entonar sus propías melodías aunque siempre en su cabeza, donde los sonidos eran puros y critalinos,  donde podía escapar y saber que nadie descubriría su secreta pasión, eran tiempos dificiles ciertamente, para todos, la gente no miraba nada más a parte de sus problemas y el sustancial echo de sobrevivir. Trabajar, alimentarse, dormir , y de nuevo otra vez, trabajar. La gente , la gente simplemente pasa por alto a los demás, los despreciaba o simplemente los ignoraba, él solía pensar que esto ocurria porque todos estaban parcialmente ciegos, o se encerraban en si mismos.
Nadie se dedicaba ya a simplemente sonreir, ver las plantas crecer o Tararear, no. Esas cosas se considerban cosas de niños, prohibidas, mal vistas y desagradables. Cuando sentía que nadie le veía  se dedicaba a danzar , solo unos pasos, por calles estrechas y poco transitadas. aún oía en su mente el " Na, na, na, na ", de su canción, giraba y giraba y aunque la mayoría de las veces caía y se hacía daño, no le importaba, aprecíaba el valor de la música, de las palabras o de los gestos.

Reía, saltaba, se sentía vivo. Afortunado de ser de las pocas personas que prestaban atención a las cosas que los demás consideraban insignificantes, podía parecer un loco, rebelde, escoría pero él pese a todo sonreía, no todos podían conocer ese "Na, na, na, na ".